Encuentran a un político honrado dentro de la sede del PP
20 OCT 2016 Madrid
Por ÁCIDO KÁRMICO Follow @AcidoKarmicoAntonio Pardillo es el alcalde de Melonar de Santiago, un pequeño pueblo situado en la Sierra de Albacete, a 5 km de donde Cristo perdió el mechero. Antonio nunca habría sido noticia si no hubiera sido porque fue encontrado desorientado dentro de la sede del PP.
Lleva ejerciendo como alcalde desde el año 1983, cuando ganó
las elecciones municipales presentándose como candidato del PIM (Partido
Independiente de Melonar). Desde ese año, Antonio ha ejercido como regidor sin
cobrar un solo euro, ya que según él lo hace por vocación. “Llevo desde los 13
años sembrando melones y eso es lo que me da de comer. Pa mí lo de ser el alcalde
es un pasatiempo. Aquí en el pueblo hay gente que cuando viene del campo se va
al bar a echarse su partidita de dominó. Pero yo prefiero irme al
ayuntamiento.”
Hipólito, un vecino de Melonar, afirma que “Antonio es el hombre más honrao de to el pueblo. Palabra. Además cuando llega la cosecha se la pasa casa por casa repartiendo melones”
Antonio fue reducido por la seguridad privada del PP, tras entrar en la sede de la calle Génova y, sin hacer caso a las advertencias de los vigilantes, gritar reiteradas veces que quería comprar chorizos pa hacerse un bocata.
Aún conmocionado por el revuelo que se ha montado
tras este incidente, el dirigente del PIM nos cuenta su
versión. “Venía con una
excursión que había organizado el hogar del jubilado pa visitar Madrid. Habíamos estao viendo la
plaza de Colón pero me desorienté. A mí los humos estos de Madrid no me sientan
mu bien y se ve que me dio como un vahío. Yo vi la puerta abierta y me metí pa
dentro pensando que era una charcutería”.
Hipólito, un vecino de Melonar, afirma que “Antonio es el hombre más honrao de to el pueblo. Palabra. Además cuando llega la cosecha se la pasa casa por casa repartiendo melones”
Antonio Pardillo, repartiendo melones durante la campaña. |
Antonio fue reducido por la seguridad privada del PP, tras entrar en la sede de la calle Génova y, sin hacer caso a las advertencias de los vigilantes, gritar reiteradas veces que quería comprar chorizos pa hacerse un bocata.
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