Los mitos sobre la celebración del Día de la Mujer
Por Macarena Morueta Follow @macarenamorueta
El día 8 de marzo se celebra el Día Internacional de la Mujer, también conocido como Día de la Mujer Trabajadora. Creo que todos asociamos esta fecha a los hechos ocurridos en Nueva York en 1.908, en la fábrica textil Triangle Shirtwaist Company, en la que murieron ciento veintinueve trabajadoras en un incendio provocado por el dueño de la compañía cuando éstas se encerraron allí como modo de protesta por las condiciones en las que se veían obligadas a desarrollar sus oficios.
Este luctuoso momento histórico sí es real, si bien no sucedió un 8 de marzo de 1.908, sino un 25 de marzo de 1.911. El hecho de que se asocie el año 1.908 a esta celebración está ligada a los movimientos que realizaban las mujeres socialistas estadounidenses reivindicando el derecho al voto en lo que ellas denominaban el Women's Day.
"Como mujer no creo que de dónde surja el movimiento sea lo importante, sino que gracias a todas estas mujeres hoy en día puedo votar"
En 1.910, en Copenhague, en la celebración de la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas se aprobó el establecimiento del Día Internacional de la Mujer Trabajadora. En 1.975, la Asamblea General de la ONU declaró el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer y en 1.977 proclamó el 8 de marzo como Día Internacional por los Derechos de la Mujer y la Paz Internacional. La elección del día es posible que se deba a un motín que las mujeres rusas llevaron a cabo durante 1.917 ante la falta de alimentos y que desembocó en el comienzo de la Revolución Rusa y la caída del Zar Nicolás II.
Los cambios de fechas y de explicaciones sobre esta conmemoración están más ligadas a la intención de querer desvincularla de los movimientos socialistas y comunistas que a los datos históricos en los que pretenden apoyarse, si bien, como mujer no creo que de dónde surja el movimiento sea lo importante, sino que gracias a todas estas mujeres (y a los hombres que las respaldaban) hoy en día puedo votar, puedo optar a ocupar un cargo público, puedo tener estudios superiores y tengo derecho a trabajar por un salario.
Todavía debemos luchar por conseguir que esas mujeres que deciden no trabajar fuera de su casa para dedicarse a sus familias, y sin las que, según mi opinión, la vida sería mucho más difícil para los que trabajamos por un sueldo, alcancen los mismos derechos y las mismas oportunidades que nosotros. Y que si yo puedo cambiar de empresa o de ocupación para mejorar mi situación, esas mujeres que trabajan duramente en casa, cuando decidan que quieren incorporarse al mundo laboral remunerado se les tenga en cuenta porque tienen muchísimo que ofrecer.
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